¿Existe la vida después de la muerte? O mejor aún, ¿podemos volver del más allá y vivir otra vida? Dos tercios de la población mundial, personas de las más distintas religiones, creen que sí. Pero, la ciencia moderna persiste en desechar la idea. ¿Existen evidencias científicas de vidas pasadas? La respuesta quizá se encuentre en un grupo de niños que científicos de diferentes áreas han estado estudiando.
Sorpréndete con estos 5 casos increíbles de reencarnación, donde niños cuentan con lujo de detalle quienes fueron en sus vidas pasadas.
5. Gus Ortega – Colorado, Estados Unidos.
Gus Ortega afirma haber existido en otra vida como su propio abuelo. Empezó a hablar del tema cuando tenía apenas 18 meses e hizo un montón de declaraciones bastante específicas. Se trata de uno de los casos más convincentes de reencarnación que está siendo investigado por Jim Tucker, un profesor de psiquiatría de la Universidad de Virginia.Gus afirma ser su abuelo Augie, quien murió en 1993 debido a un accidente cerebrovascular. El hombre era propietario de una tienda donde vendió de todo, amaba profundamente a su familia, pero nunca llegó a conocer a su nieto Gus, quien nació un año después de su partida. Con un año y medio, Gus se dirigió a su padre mientras le cambiaba el pañal diciéndole: “Cuando tenía tu edad, a mí me tocaba cambiarte el pañal”. Obviamente, el hombre se quedó perplejo.
Cierto día, su padre llevó fotos antiguas a la casa y se las mostró a Gus. Lo que sucedió a continuación fue algo verdaderamente extraordinario: su hijo apuntó a una de las personas retratadas en las fotografías y dijo: “¡Oh… ese soy yo!”. ¿Cómo podría saberlo? Gus recordó episodios de la vida de su abuelo que su padre apenas y guardaba en su memoria.
4. Ian Hagedorn – Florida, Estados Unidos.
Tucker estudia muchos casos proclamados como reencarnación, y uno resultó bastante especial. Existen pocos casos en el mundo con marcas de nacimiento relacionadas con recuerdos, son escasos, pero existen.Uno de estos casos es el de Ian Hagedorn, un niño de 6 años residente en Pensacola, hijo de Maria Hagedorn. El afirma haber sido un policía de Nueva York que murió de un disparo. Sus recuerdos le indican que cierta noche entró en una tienda donde había delincuentes que lo asesinaron de un tiro. Este policía supuestamente era el padre de su madre. Y aquí viene lo interesante…
Ian sufre de una extraña enfermedad del corazón de tal forma que cuando se esfuerza de más sufre un desmayo. Antes de los 4 años ya había pasado por 6 cirugías, debido a que su arteria pulmonar presenta defectos, provocando que su corazón no se desarrolle del lado izquierdo.
Ahora veamos cómo murió su abuelo. Maria relata que su padre estaba en servicio como policía, y cuando entró en una Radio Shack sospechó que algo andaba mal. Dos hombres sacaron una ametralladora y la apuntaron hacia el gerente. La reacción del padre de Maria fue indicarles: “Arrojen las armas, es la policía” y alguien le disparó apenas acabo de decirlo. En la autopsia, la causa de muerte fue una arteria pulmonar rota por causa del tiro, la misma arteria que hace sufrir a Ian en la actualidad.
Pero algo aún más raro sucedió. Maria dice que a los 3 años, cuando Ian estaba haciendo desastres ella le dijo que se detuviera o le iba a pegar, entonces él respondió: “Cuando eras pequeña y era tu padre, tú hacías muchos desastres y nunca te pegué”. Por su puesto la mujer quedó impresionada. A partir de aquí, Ian comenzó a hablar más y más sobre el abuelo, convenciendo a todos de que era su reencarnación. La relación entre la enfermedad y la forma de muerte del padre, resulta una evidencia muy interesante.
3. Dilukshi Nissanka – Sri Lanka.
Sri Lanka es una comunidad donde la mayoría de la población practica la filosofía budista y precisamente de aquí vienen muchos, y quizá los mejores, casos de reencarnación. El caso de Dilukshi Nissanka sin duda resulta uno de los más fantásticos. Fue estudiado por el Profesor Erlendur Haraldsson de la Universidad de Islandia.Dilukshi habló de una vida pasada durante 3 años, donde insistía y repetía la misma historia sin parar. Sorprendió a sus padres cuando les reveló que no era su hija, que tenía padres en otro lugar y que murió en un lugar cerca de Dambulla, un sitio a 6 horas de viaje, donde había un río al que cayó desde un puente mientras cruzaba.
Para la familia de Nissanka, sus recuerdos resultaron dolorosos. Siempre que hablaba de esto, quedaba claro que Nissanka no se sentía parte de la familia. Y fue mucho más difícil para su madre.
“Comenzó a hablar de su otra vida en la escuela Montessori, que su templo se encontraba en otro lugar. Cuando comíamos o íbamos a dormir, ella hablaba de su otra vida. Me sentí muy mal, ella sólo hablaba de su otra familia”, dice Kashuriarachi, madre de Diluskshi.
“Me enojé tanto con ella que una vez le pegué”, dice Siriwardana, el padre de Diluskshi.
Un periodista escuchó la historia y su caso fue publicado en el periódico. Pronto, la familia recibió una carta de un señor de nombre Ranatunga, quien reconoció la historia de Diluskshi como la de su hija muerta.
Los Nissanka hicieron un viaje de 6 horas hasta Dambulla para encontrarse con esta familia. En el camino, Diluskshi reconoció el lugar y guío al automovilista hasta la casa donde moraba su antigua familia. Fue un encuentro verdaderamente emocionante y Diluskshi parecía mucho más a gusto con esta familia.
Shiromi, la hija de Ranatunga, tenía 6 años cuando murió ahogada al caer de un puente. De las 20 declaraciones ofrecidas por Diluskshi, 12 encajaban a la perfección y eran bastante específicas.
2. Cameron Macaulay – Escocia.
Como cualquier niño promedio de seis años de edad, el pequeño Cameron Macaulay disfrutaba mucho de hacer dibujos. Uno de sus favoritos era el de una casa con una sola planta, de fachada blanca y localizada en una bahía. Cuando su madre le preguntó que era aquella casa, la respuesta de Cameron le produjo un escalofrió que le recorrió la columna vertebral.El niño respondió que aquella era su casa, que vivía allí con su antigua madre, en una región situada en Barra, una isla de Escocia, a una distancia aproximada de 260 km de su residencia actual. Cameron estaba convencido de que tenía una vida pasada, y parecía muy preocupado de que su antigua familia pudiera echarlo de menos.
Luego del susto, su madre recordó que desde que Cameron aprendió a hablar, acostumbraba a relatar aventuras infantiles vividas en aquella isla. Pero desde el momento en que empezó a relatar detalles de la casa donde tuvieron lugar estas aventuras, muchos otros recuerdos empezaron a aflorar. Cameron describía a su antigua familia, a sus hermanos y hermanas, incluso llegó a contar cómo había muerto su antiguo padre.
En un principio, la familia trató estas narraciones como parte de la imaginación infantil del niño. Sin embargo, se llegó el momento en que el pequeño Cameron empezó a presentar señales de tristeza y sufrimiento, reclamando por estar separado de su familia de Barra.
Cierto día, la profesora de Cameron citó a sus padres para una conversación. Les dijo que el niño que quejaba mucho de la ausencia de sus padres y hermanos. Además, sentía mucho no poder jugar en las piedras de la playa y reclamaba que su casa actual tenía sólo un baño, mientras que la casa de Barra tenía tres.
Desde entonces no dejó de hablar sobre la isla y sus experiencias en el lugar. Contó cómo acostumbraba a observar los aviones aterrizando desde la ventana de su cuarto. Hasta llegó a decir que su padre se llamaba Shane Robertson, y que había muerto porque no había visto hacia ambos lados, posiblemente haciendo referencia a un atropellamiento.
No demoró mucho tiempo para que un equipo de investigadores, ente los que se encontraba Jim B. Tucker, dieran con el niño y le hicieran una invitación para ir a Barra para conocer su antiguo hogar.
Cuando recibió la propuesta, la madre de Camerón se asustó, pues su familia rechazaba la idea de una vida pasada. Pero el niño se mostró tan contento que no conseguía dejar de saltar de alegría.
Cuando el avión se posó en la bahía de Cockleshell, Camerón le pregunto a su madre: “¿Mi rostro está brillando?” – Y la madre respondió. – “¿Por qué me preguntas eso?” – Cameron le dijo. – Porqué estoy muy feliz. La ventana del niño apuntaba a la playa y decía: “¿Ahora me creen?”. Y cuando finalmente descendió del avión, levantó sus manos al cielo y gritó: “¡Estoy de vuelta!”.
Una vez en el hotel, la familia de Cameron y el equipo de investigadores partieron en busca de pistas sobre el pasado del niño. Cuando localizaron la casa blanca en la bahía, se dirigieron inmediatamente al lugar, pero sin decirla nada a Cameron. Cuando llegó a la casa, Cameron la reconoció al instante. Pero algo cambió en su expresión.
Cameron parecía triste mientras recorría la casa, como si sintiera la falta de alguna cosa. Tal vez esperaba que, al entrar en la casa, su madre estuviera allí para recibirlo, exactamente como él la recordaba. Parecía conocer todos los detalles, y no demoró en señalar los tres baños que había mencionado a su profesora.
Los investigadores llevaron a la familia de Cameron para que conocieran a un miembro de la familia Robertson. Sin embargo, este fue incapaz de ofrecer cualquier información respecto a Shane, su mujer y sus hijos. Pese a esto, al ver fotos antiguas de la familia, Cameron reconoció un automóvil negro, y un cachorro blanco con negro, de los cuales ya había hablado en diversas ocasiones.
Para la familia de Cameron, el viaje a Barra significó un verdadero alivio. Nadie más volvió a desconfiar de que Camerón estuviera inventando cosas, y el niño se volvió más tranquilo, no sintió más la tristeza que tanto aborrecía. No se encontraron todas las respuestas, pero si una gran verdad, al menos para Cameron, que la muerte no es el fin, sino un nuevo comienzo.
1. James Leininger – Estados Unidos
James Leininger era un niño al que le gustaba jugar únicamente con una cosa: aviones y solamente aviones. Rechazaba cualquier otro juguete que sus padres Andrea y Bruce le daban, el sólo quería aviones.Cuando cumplió dos años, todo cambió. El niño comenzó a tener horribles pesadillas relacionadas con la aviación de guerra. Su madre solía despertarlo mientras gritaba cosas como: “avión en llamas; el hombre no logra salir”.
Un video grabado por los padres, muestra a James de apenas tres años examinando un avión como si le estuviera haciendo una verificación previa al vuelo.
Las pesadillas no cesaban y sus padres acudieron a la terapeuta Carol Bowman, dedicada al estudio del fenómeno de la reencarnación, quien trabajó en el caso y logró traer a la memoria del niño diversos recuerdos. Él detalló que era un piloto de caza y que su avión, un Corsair que siempre solía tener los neumáticos desinflados, había sido impactado en el motor derecho por los japoneses en Iwo Jima.
James también llegó a decirle a su padre que había despegado de un navío llamado Natoma, y que había volado algunas veces con alguien llamado Jack Larson. Luego de una investigación, Bruce, el padre de James, descubrió que el Natoma y Jack Larson en realidad existían. El Bahía Natoma era un pequeño portaviones en el Pacifico, y Larson vivía en Arkansas.
Su padre se obsesionó y descubrió que el único piloto de la escuadra abatido en Iwo Jima se llamaba James M. Huston Jr. y tenía 21 años, murió el 3 de marzo de 1945. Entonces empezó a creer que su hijo era la reencarnación de Huston y que había regresado porque tenía algo que terminar. La pareja Leininger decidió escribir una carta para la hermana de Huston, llamada Anne Barron, contándole la historia del pequeño. Y frente a tantos detalles, que de algún modo el niño sabía, ella también pasó a creer.
A pesar de los escépticos, este ha sido considerado el caso más documentado de reencarnación ya estudiado y resultó en un libro llamado Soul Survivor: The Reincarnation of a World War II Fighter Pilot, escrito por los padres Bruce Leininger y Andrea Scoggin Leininger en colaboración con el novelista Ken Gross.
Hay que hacer notar que en la mayoría de los casos donde se alega reencarnación, la vida pasada fue terminada de una forma violenta y repentina. Otro dato interesante es que todos los que recuerdan sus vidas pasadas son niños. Y eso quizá se deba a que los preceptos culturales aun no bloquean en ellos esta clase de memoria.
Casualidad o realmente al morir, volvemos a nacer? Se debería decir entonces, vida después de la vida?
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